La mañana, esas mañanas,
Esperanza que llega con la luz del Alba,
Oportunidad de encontrarme con tu panorama,
Con la mirada más encantadora de estos
caminos,
Si, sin vergüenza alguna me roba una sonrisa,
Así como la primera mirada que hace soñar.
Y la noche, ¡Esas Noches!,
Seducción eterna que nubla el juicio,
Tal gusto agridulce,
Como un batido de fresa en el boulevard de
Sabana Grande,
Los encantos, ¡Que encantos!,
La inocencia de los niños,
Los relatos de tus calles con los primeros
amores,
La entrega de la amistad incondicional,
El amor infinito de la Madre.
¡Qué ciudad Señores!
Grandeza en su gente,
Grandeza en su historia,
Grandeza de sus sueños eternos,
Caracas la madre, la eterna ciudad primaveral.