lunes, 1 de abril de 2013

Concierto de colores



El señor ofendió mi color,
herencia negra, herencia canela,
herencia de cacao, herencia de mi tierra.

Que miseria arraigada en los corazones de los desgraciados,
ofender a quien le da la comida, 
a quien le cría los muchachos, 
al chocolate barloventeño que tanto le gusta,
a la madre arrecha que saca pa lante cuatro carajitos pintados por la vida.


El señor ofendió mi color,
herencia negra, herencia canela,
herencia de cacao, herencia de mi tierra.

La carne que come, 
el tomate que consume,
el arroz que lo alimenta,
todo está pintado color canela,
la música que admira,
la salsa que disfruta,
el Jazz que se vacila,
el Hip-Hop que escucha,
el tambor que mueve caderas y deja mucho a la imaginación,
el café recién colao por un tremendo carajo millonario en pigmentos,
todo está pintado color canela.

El señor ofendió mi color,
herencia negra, herencia canela,
herencia de cacao, herencia de mi tierra.

Mi patria, mi país, tiene aroma a chocolate,
Venezuela no es gris, ni solo es blanca, ni solo es negra,
mi país tiene la piel color canela, 
mi país tiene un concierto de colores,
tiene la grandeza de sumar en diversidad sobre la intolerancia absurda basada en un color,
mi papá negro, mi Libertador blanco pintao con sus rasgos de papelón,
José Leonardo Chirinos, luz clara de nuestra herencia,
lo que somos, lo que soñamos,
todo está pintado color canela, 
color de Apacuana,
color de Juana la Avanzadora,
color Kariña,
color Warao,   
color Pemón,
color de mi patria.

Así se resume el color de mi tierra,
no somos pobres, 
somos millonarios en colores y dichosos en matices,
la tristeza de atropellos,
la bajeza en degradar al carajito pintao, quedó en la nefasta conquista española,
ahora Venezuela es nuestra, 
Venezuela es cacao, 
Venezuela es canela y tiene aroma a papelón.


El señor ofendió mi color,
herencia negra, herencia canela,
herencia de cacao, herencia de mi tierra.