lunes, 9 de septiembre de 2013

Insomnio

Atrévete a mirarme, anda, deja la pena,
reconoce que al igual que io, las ganas de vivir llegaron,
no seas tonta,
mis poemas son tuyos,
no seas ingenua,
conoces el destino de los camarones con insomnio.

¡Espera!,
¡no te desvanezcas!,
no te apartes de mis manos como la sal en el agua,
¡No huyas!,
acá solo hay espacio para nosotros,
¡No zarpes!,
baja de la barca,
Bien, como quieras,
en este puerto te espero con los brazos abiertos y con las letras dispuestas,
las mismas letras que hoy reprochan tu partida.

Desperté a las 2:40 a.m., y nunca más la volví a ver.