Trozos de tiza

Maestra présteme un minuto de su atención,  

quiero que me regale un pedazo de tiza

para pintar sonrisas al carnaval de niños  idiotizados por la caja tonta.

Maestra,  

si me regala tizas de colores sería tan feliz,  

en esos trocitos se esconde la imaginación y los sueños que la infancia pierde, 

Maestra en esos colores vive la pulga y el piojo,  

el idilio entre el sol y la luna,  

la danza que el viento tiene todos los días con los árboles, 

la caricia que la ola hace a la playa.

Mañana,  

cuando deba guiar pasos,  

tomaré su bandera maestra,  

sus tizas y dibujaré la esperanza,  

la que parece perdida para los utópicos,  

para majaderos,  

para soñadores,  

para nuestro propio futuro, 

pintaré un cocuyo venciendo a la noche,  

pintaré al guerrillero leyendo bajo la lluvia,  

pintaré el mundo de colores que negamos,  

pintaré una patria grande,  

pintaré un país,  pintaré y pintaré,  

así diré que la vida es maravillosa y vale la pena vivirla.

Crimen

Hace años cometí un asesinato, 
no pude tolerar las humillaciones diarias, 

las bajezas hacia el resto de las personas,
rogó por su vida, 

suplicó por su existencia,
me engaño,

dijo que no era su culpa,

que la vida es así y se debe llevar de esa forma.

Esa misma tarde comprendí que no era cierto, que su lamento de burla era la mejor actuación de la década y cometí el asesinato, 
primero fue asfixiante, 

creí que era un pecado de esos que cuestiona el dogma, 
luego el insomnio se apoderó de mi vida, 

de mi agonizante vida,
en una estación el metro pensé que la policía describiría mi crimen,
veía su fantasma en cada esquina, 

escuchaba su risa en cada lugar de la ciudad.

Así pasaron los meses, 
hasta que una tarde pasé por un evento partidista, de esos en que la gente acude por convicción y por amor genuino, 

allí lo vi, 
¡Estaba vivo!
¿Cómo era eso posible?, 
¿Será parte de una ilusión, de una conspiración?, 
¿Quien tendría el elixir de la vida?, 
¿Qué clase de monstruo sería capaz de revivir lo inservible, de revivir la mayor de las miserias?.

Pero no era parte de mi, 
era parte de otros que desprecian al pueblo, 
otros que ahora viven en la sombra por su dirección, 
es parte de su perspectiva, 

de su vida, 
allí lo comprendí, 

no era mío, 
era el ego de otra persona.