viernes, 28 de junio de 2013

El Ocaso de un paisano

El Sol canta día tras día,
el Sol ahora es cantante,
todas las mañanas, antes del nacimiento de las esperanzas e ilusiones, el sol canta,
practica las notas, en un intento por dar la mejor de sus presentaciones,
¡Do!, ¡Re!, ¡Sol!, ¡Fa!,
¡Fa!, ¡Sol!, ¡Si!, ¡Do!, ¡Re!,
y lo hace todas las mañanas,
no detiene su empeño, 
nada impide su cantar.

Bajo él, ignoramos el esfuerzo, 
y en ese olvido voluntario e involuntario llega el ocaso,
llega como el paisano que se vende al sistema sin pensarlo dos veces,
llega el ocaso como el dolor de la traición,
llega el ocaso como las ilusiones perdidas de los traicionados,
llega así mismo, como la vida luego de 9 meses,
llega y se va con las tablas en la cabeza,
llega y se va como el amor de los pasajeros,
como la compañía tras una soledad asfixiante.

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