martes, 17 de marzo de 2015

Guerra latente

Amor mío,  te perdiste,
De repente amanecí y transcurrieron 10 años,  perseguí en sueños tu sombra y al acercarme me llevé un gran susto,
¡no eras tu!,  era un espejismo de ti,  parecía el oasis del sahara.
Tras ese desencanto,  luego de ese sismo emocional salí a las calles,  iba en la camioneta,  la de la ruta propatria centro,  ¡y te volví a ver!,
Grité al conductor, ¡hombre detente que es de vida o muerte!, la muerte de mi querer la vida de mi vida,
Bajé corriendo, cual participante de un maratón,  llegué cansado,  y luego de un insulto y unos buenos golpes,  comprendí que no eras tu.
Quizás sea la esperanza de encontrarte la que me mantiene aferrado a luchar contra la rutina,  dejaré las cursilería, tomaré el fusil e iré contra el mundo por rescatarte,  porque en estos tiempos, los secuestros de las mayores esperanzas son tan comunes como ver una mala película y escuchar una lista de las peores canciones de la existencia.

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