"Podemos caer abatidos
por las balas más crueles
y siempre tenemos sucesor:
el niño que estremece las hambres consteladas
agitando feroz su primer verso.
O el otro, el de la disyuntiva,
que no sabe si hacerse flechero de nubes
o escudero del viento." Víctor Valera Mora
jueves, 10 de noviembre de 2016
#CuentoCorto
Se fueron sus esperanzas en el vagón del metro, y con ellas, todos los bloques con los que construyó la casa. Un suspiro bastó para demolerlo todo, después de ese día nadie teje la telaraña en el techo.
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