No es la casa, ni la mata e mango,
la felicidad es un tema de diario.
Con un chocolate en mano, con las ocurrencias de mis semejantes,
puedo olvidar ese asunto gigante,
el asunto abrumador de nuestros días,
empeñar la vida por una vida que no es mía,
el tiempo que no tengo, el tiempo que me falta,
la felicidad es mi vida con la caricia perdida.
La felicidad está en un corazón, no en el armazón dictaminado por normativos asesinos,
la felicidad reside en mi, en ti, y en los que vamos por este camino,
en los que recibieron las balas,
en los que partieron por nuestra alegría,
entonces,
en resumidas cuentas,
nuestra felicidad es el suicidio de los sueños de mucha gente.
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