miércoles, 31 de julio de 2013

8 Kilos

Tiene 8 minutos esperando por la llegada del almuerzo,
8 veces se imaginó sabores de un par de paciencias,
fueron 8 los nuégados que soñó la noche anterior,
iba corriendo, desbordando sonrisas con otros niños,
¡Ella lloró en sueños!,
lloró de felicidad por la cena, 
por las historias de papá, 
por los cuentos de mamá,
escuchando a papá viajaba por la ciudad de Guatemala,
visitaba a su familia maya, cuantas bromas las de sus primos,
bromas que inventaron para hacerla reír,

8 veces que grita, 8 veces que llora,
8 veces sonríe, no distingue la montaña.

Ya al despertar a las 8 de la noche no tiene hambre,
solo tiene una gran dicha, 
gracias a papá,
gracias a mamá,
viajó, comió y jugó como otro niño más.

8 veces que grita, 8 veces que llora,
8 veces sonríe, no distingue la montaña.

8 lágrimas las de mamá por cada relato de la muchacha,
8 ganas de morir por sus hijos,
8 los gritos que pegó en esa tormentosa mañana,
8 las maldiciones al gobierno,
8 veces maldijo a su Dios,
8 las preguntas a su tierra,
8 veces las que le pidió a su Dios una lluvia,
una semilla indestructible, frutos con la llegada del sol,
fueron 8 los silencios ante las promesas que juraron ambos padres frente a la niña,
pedía un abrazo,
pedía sonrisas a sus 8 hermanos,
8 fueron sus tímidas carcajadas,
fueron 8 minutos su despedida, 
luego de ver a 8 familiares en su lecho, 8 fueron sus historias sin sentido,
8 minutos de paz, 
8 lágrimas de calma brotaron de sus dos espejos,
8 las veces que su padre la cargó en brazos luego de su partida, 
ni 8 kilos pesaba,
con ella, fueron 8 los niños que murieron aquel día a las 8 de la noche en las montañas de Zacapa, Chinquimula e Izabel.
 

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